lunes, 3 de agosto de 2009

Cosas que algún día contaré al ñajo

Hoy volvía a casa por la autopista y, como cada día, he echado un vistazo a los campos de fútbol que la Federación Aragonesa posee en el áctur. Están de obras, transformando uno de los campos de tierra para poner césped artificial.
Eso me ha llevado a pensar en que es muy probable que cuando el ñajo ya pueda jugar a fútbol, seguramente la mayor parte de campos serán de césped, y que los de tierra habrán pasado al recuerdo.
Lo malo es que la otra imagen que me ha venido a la mente es a mí contándole batallitas de cuando su padre jugaba en campos de tierra, en los que cualquier caída suponía un escorchón en alguna parte del cuerpo y los tacos de las botas se desgastaban a una velocidad increible.
Me he visto como el abuelo cebolleta contándole cosas que él seguramente nunca conocerá o que sólo figurarán ya en los libros, e incluso no llegará comprender. Igual que nosotros hemos terminado viendo a nuestro padres cuando nos ilustran con el modo en el que vivían cuando eran jóvenes.

¿Qué cosas le podré contar y me harán parecer de otra época a sus ojos? He pensado en ello y me he acordado de un correo que me ha llegado varias veces de diferentes remitentes. Lo he buscado, filtrado, y resumido. Es lo que pongo a continuación.

- Como he dicho, yo he jugado casi quince años en campos de tierra de toda la provincia, alguno de los cuales tenía verdaderas piedras en el suelo, e incluso agujeros.
- Estamos trabajando de algo que nuestros padres ni podían soñar, la de los que vemos que el piso que compraron nuestros padres ahora vale 20 o 30 veces más, la de los que estaremos pagando nuestra vivienda hasta los 50 años. En esto parece que tenemos ventaja sobre nuestros hijos. Al paso que vamos, ellos terminarán de pagar su piso a los 70 años.
- Nosotros no estuvimos en la Guerra Civil, ni en mayo del 68, ni corrimos delante de los grises, no votamos la Constitución y nuestra memoria histórica comienza con las olimpiadas del 92.
- Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma o el rescate y a la vez, somos la primera que hemos jugado a videojuegos, hemos ido a parques de atracciones o visto dibujos animados en color. Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos.
- Hemos visto series como: Reality Bites, Melrose place o Sensación de vivir. Lloramos con la muerte de Chanquete, con la madre de Marco que no aparecía, con la estricta Señorita Rottenmayer. Somos una generación que hemos visto a Maradona hacer campaña contra la droga, que nos reímos de un anuncio que decía que si el Madrid era otra vez campeón de Europa, que durante un tiempo tuvimos al baloncesto como el primero de los deportes.
- Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la costura torcida; nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados los 15 años.
- Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de “Todos los Santos” y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso, los últimos en hacer bup y cou, los pioneros de la E.S.O. Hemos sido las cobayas en el programa educativo, somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una ETT.
- Nosotros vimos caer el muro de Berlín y a Boris Yelsin borracho tocarle el culo a una secretaria; los de nuestra generación fueron a la guerra; gritamos OTAN no bases fuera, sin saber muy bien qué significaba y nos enteramos de golpe un 11 de septiembre.
- Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Spectrum, odiamos a Bill Gates, vimos los primeros móviles y creímos que Internet sería un mundo libre.
- Somos la generación de Espinete, Don Pimpón y Chema. Los q recordamos a Enrique del Pozo cantando con ana(abuelitodimetu...) Los mundos de Yupi y las pesetas rubias. Nos emocionamos con superman, ET o En busca del Arca Perdida. Comíamos Phosquitos y los Tigretones eran lo mejor, aunque aquello que empezaba (algo llamado Bollycao) no estaba del todo mal.
- Somos la generación del "El coche fantástico", "Oliver y Benjí........ La generación que se cansó de ver las mamachichos. La generación a la que le entra la risa floja cada vez que tratan de vendernos que España es favorita para un mundial. La última generación que veía a su padre poner la baca del coche hasta el culo de maletas para ir de vacaciones.
- Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos en la España de antes: Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad traseros, sin sillitas especiales y sin air-bags, hacíamos viajes de más de 3h sin descanso con cinco personas en el coche y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas con protecciones, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños. Andábamos en bicicleta sin casco, ni protectores para rodillas ni codos. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico.
- Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y solo volvíamos cuando se encendían las luces. No había móviles. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerras de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con mercromina (roja) y unos puntos y al día siguiente todos contentos.
- Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila que, rara vez, tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas!!! Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso, alguno era gordo y punto.
Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagio de nada. Sólo nos contagiábamos los piojos en el cole. Cosa que nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente(o los mas afortunados con Orión)
- Y ligábamos con las niñas jugando a beso, verdad y acción o al conejo de la suerte , no en un Chat. Éramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias. No había nadie para resolver eso. La idea de un padre protegiéndonos, si trasgredíamos alguna ley, era inadmisible, si acaso nos soltaban un guantazo o un zapatillazo y te callabas. Tuvimos libertad, fracaso, respeto, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.

No creo que nuestra generación sea mejor o peor que otras, ya que cada una ha vivido el momento que le ha tocado. Sin embargo, me parece que hemos sido una generación de transición, a caballo entre unos valores muy tradicionales como eran los de nuestros padres, y las prioridades que los jóvenes de hoy parecen tener, más hedonistas y menos responsables.

A todos aquellos que os sentís identificados, espero haberos arrancado una sonrisa.

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